sábado, 22 de diciembre de 2012

Labranza y tejido de la escritura

Labranza y tejido de la escritura



     A la hora de escribir, nos enfrentamos a dos cuestiones importantes: ¿Qué vamos a decir? Y ¿Cómo lo vamos a decir? Llamaré la labranza de las ideas al ¿Qué vamos a decir? Y por otra parte, tejer el texto al ¿Cómo lo vamos a decir?

     La labranza de las ideas es, básicamente, los procesos mentales, cognitivos, de acopiar, generar, organizar, estructurar, y jerarquizar las ideas. Por ejemplo, si estás pensando escribir una opinión entonces tu opinión es una idea; también, los argumentos que vas a dar. O si estás escribiendo una reseña, identificas ideas principales, ejemplos, contra ejemplos, comentarios y conclusiones.

     Tejer el texto, por su parte, consiste en la redacción del texto. En esencia, es encontrar las palabras precisas y adecuadas para expresar lo que tenemos que decir; además, generar oraciones y párrafos consistentes. Siempre buscando que nuestros lectores comprendan con facilidad y no existan indeterminaciones e incoherencias en nuestro texto.

    Ambos procesos son necesarios. No existe uno primero y uno segundo; más bien, son procesos cooperativos, gemelos, solidarios. -Tus textos necesitarán de ambas "fuerzas"-. Sobre esos dos ejes, labranza y tejer, voy a fundamentar mi exposición en este Blog. Trataré de dedicar un esfuerzo equilibrado a ambos aspectos de la escritura. Sí, es como el ying y el yang. Deben estar juntos, se encuentra una estabilidad a partir de los dos aspectos. No olvidemos que forma (¿cómo lo decimos?) Y fondo (¿qué decimos?) se afectan mutuamente, son indivisibles. Como decía Albalat: “no hay ideas sin forma”; es decir, cómo lo digas afecta lo qué estás diciendo.




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