martes, 20 de noviembre de 2012

Prepárate

Aprovechando que se acercan las vacaciones de final de año, y muchos quedaremos con más tiempo libre, podremos dedicarlo a mejorar nuestra prosa. Sólo se necesitan paciencia y ganas. ¡ánimo! La escritura es una forma más de diversión.





Invitación

Están cordialmente a formular sus inquietudes, consejos, preguntas... La idea es que entre todos nos colaboremos y mejoremos nuestra escritura.

la idea es...

¿Cómo expresar una idea?



¿Cómo darle cuerpo a nuestros pensamientos?







Como sabemos, para expresarnos de manera escrita, es necesario usar las palabras. Sin embargo, estás por sí solas no hacen el milagro de la comunicación; también, debemos expresar ideas. Y, para ello, existe la gramática. -Tal vez, algunos dirán que no cumplí mi palabra de no hablar de gramática, pero, en parte, se hace imprescindible para continuar las "lecciones"  en el Blog- . La gramática es el arte de expresar una idea. y ya habrán recordado cómo se hace ¿o no?

sí, la oración es la respuesta. A través de la oración, como dice Vivaldi (1976), expresamos una idea: "algo que se dice de algo", o De quién se afirma(sujeto) y Qué se afirma (predicado). Aunque a mí me gusta verlo como sujeto+verbo+complemento; siempre lleva los tres elementos, puede ser de manera implícita. -Lea también: Un poco de sintaxis-

Alcina y Blecua (1989) afirman: " constituyen una oración los enunciados que organizan todas sus constituyentes en relación con un verbo conjugado en forma personal. Por otra parte, Linares (1989) lo define como "los enunciados que poseen sentido completo".


sujeto: es sobre lo que comentamos o predicamos.

verbo: indica acción o estado del sujeto

Existen tres tipos de complementos: directo, indirecto y circunstancial.



algunos ejemplos de oración (Tomadas de la web)


Madonna decepciona a sus fans

Sujeto:Madonna

Verbo: Decepciona (decepcionar)

Complemento indirecto (¿a quién(es)?): A sus fans



Putin le regala a Chávez un perro de Stalin

Sujeto: Putin

Verbo: regala (regalar)

complemento indirecto (¿a quién?): Chávez

Complemento directo (¿qué?): un perro de Stalin





Puedes analizar las siguientes oraciones.


-Resucitan la tatarabuela del iphone

-Inglaterra rechaza la ordenación de mujeres obispo.

-En Escocía, adelantaban obras de construcción de un puente cuando encontraron restos de una casa de hace 10.000 años.

-En septiembre, la producción manufacturera cayó al 1.3% informó el Dane.

-(Ellos) Protestan desnudos para defender calles sin ropa en San Francisco.

-En San Francisco, EE.UU., protestan desnudos para defender calles sin ropa.

-EL Dane informó que en septiembre la producción manufacturera cayó al 1.3&

-A mitad del siglo xvi, los mercaderes de Venecia  lograban vender sus mercancías en África.



La gramática tradicional recoge las siguientes categorías; las cuales no son muy difíciles de entender, pero se necesitan para expresar lo que queremos decir: artículo, adjetivo, sustantivo, verbo, adverbio, pronombre, preposición, conjunción y la interjección. -Más adelante se desarrollarán algunas-.

La oración será, una y otra vez, nuestra amiga a la cual acudiremos cuando de expresar una idea tengamos que hacer frente.




lunes, 19 de noviembre de 2012

A manera de entrada...






A manera de entrada, les dejo,  muchachos, una parte de la reflexión del profesor Fernando Vázquez. -A quien no conozco personalmente, pero admiro mucho-. Él concentra en unos párrafos mucha sabiduría. Espero que les sea útil. Escogí estas líneas para empezar con el pie derecho y acompañado por la luz del profesor Vázquez. Así, sin más preámbulo:


     "Una segunda tarea de la educación superior corresponde al campo de la escritura. Otra competencia, otro saber hacer esencial para todo maestro. En este caso me refiero a esa tecnología de la mente que permite disociar el sujeto, ver afuera el armazón de nuestro pensamiento, potenciar la historia, jalonar el análisis y traspasar las fronteras del tiempo y el espacio. Hablo de la escritura como una herramienta semejante al arado o a la rueda, un útil que no sólo propició la civilización sino que generó y sigue sosteniendo formas de poder, de propiedad, de verdad.

Digamos, para evitar malos entendidos, que cuando aquí hablo de escritura no me refiero a mejorar la redacción. La escritura es un proceso tanto o más complejo que la lectura: en él intervienen las ideas, los procesos de pensamiento de mayor complejidad; más que una serie de reglas gramaticales, la escritura es un proceso cognitivo fundado en la abstracción, la subordinación y la invención. Escribir está más del lado de la lógica que de la gramática. La redacción es apenas una etapa de la escritura pero no es la fundamental. Quien aprende a escribir desarrolla un pensamiento no circular, no situacional, no repetitivo, no formulario. Precisamente, es a propiciar, fomentar y desarrollar ese otro pensamiento que comporta la escritura al que las entidades de educación superior deben comprometerse.

Sobra decir que son también múltiples las formas del escribir. Desde la escritura expositiva o la escritura argumentativa hasta la escritura expresiva y de ficción. Pero más allá de los géneros, lo que me interesa recalcar es el valor de la escritura para construir realidades de segundo orden, mundos posibles, entidades de pensamiento capaces de iluminar o catapultar esperanzas, sueños, ideales. Quien escribe coloca por un momento su accionar inmediato entre paréntesis. Lo ve, lo reflexiona, lo evalúa. Y al tener como espejo a la escritura, puede cambiar, modificar, mejorar, desarrollar sus actos o sus palabras. Pero, además, cuando escribimos incorporamos al mundo seres nuevos: ahora no es la biología la única que engendra, sino también nuestra imaginación. Al escribir completamos la tradición; nos atrevemos a corregir, modificar, superar los condicionantes que nos fueron impuestos como especie. Con la escritura superamos la condición de criaturas para convertirnos en creadores.

Otro aspecto por el cual la escritura tiene que ser asumida en serio por la educación superior, y particularmente por los educadores, apunta a buscar que la práctica docente sea algo más que un oficio de oralidad, lleno de activismo sin norte y muy pegado a servir de réplica de las voces de otros. La escritura puede ser el yunque a través del cual se forje en serio la profesión de ser maestro. Desde el inicial ejercicio autobiográfico, en donde cada educador puede caer en la cuenta de las marcas o los secretos hilos que lo llevaron a ser maestro, hasta la escritura continua en los diarios de campo o en los registros de clase, para tratar de hacer inteligible la tarea cotidiana de enseñar tan repleta de improvisaciones como de azarosos resultados. Si se aprende a escribir y se escribe sobre la práctica, muy seguramente descubriremos puntos de referencia para elaborar mapas sobre nuestra profesión más apropiados, más precisos, menos hijos del "a ver qué resulta".

Cabría decir, además, que la escritura puede ayudarnos  a dejar de ser meros consumidores de información para empezar a ser productores de conocimiento. Y dado que a la educación superior le corresponde mover los engranajes del pensamiento crítico, de la reflexión, entonces la estrategia de la escritura es idónea para superar el oralismo pasivo, el parloteo sin fundamento, y la opinión apenas pegada a nuestra más inmediata. Entreveo en el aprender a escribir una de las estrategias para permitirnos sortear el vado del subdesarrollo.

Por las razones expuestas, considero que tanto la lectura como la escritura son compromisos insoslayables de la educación superior. Agreguemos para finalizar que dicha tarea no sólo compete a la enseñanza sino a la investigación. Los programas, especialmente de posgrado, necesitan consolidarse en líneas sobre estas temáticas que vayan analizando y haciéndonos más legibles tales problemas. si de veras indagamos sobre la lectura y la escritura descubriremos que muchos de los problemas de aprendizaje, de convivencia, de desarrollo humano, dependen de estas dos competencias. Y, por supuestos, de la manera como los maestros las enseñan."




Tomado de: Educar con maestría. (2007). Vázquez, F. Universidad de la Salle. Bogotá

domingo, 18 de noviembre de 2012

Mi versión de los hechos

Si me permiten contar un poco de mi vida, les contaré de mis inicios en la escritura:

Como muchos, creo, mis primeras lecciones las recibí en el colegio. Fue allí donde aprendí algunas reglas de ortografía, las partes de la oración, la oración, etc. Igualmente, en la universidad volví a ver los mismos temas. Sin embargo, por la necesidad de entregar ensayos, informes, artículos de opinión, sentí que algo me faltaba -mucho en realidad- y decidí estudiar un poco más.

Y precisamente ni de ortografía ni de gramática vamos a hablar acá; con ello no estoy queriendo de que no sean importantes -es muy importante-. Para serles sincero, me da pereza. Además,  La ortografía la hemos visto una y otra vez, y nos insisten en ella tanto que llegamos a creer que para escribir bien es lo único que existe. No señores, no es así. Hay otros aspectos descuidados a los cuales trataré de presentar en este Blog. Sólo por nombrar algunos, mencionaré los párrafos, la estructura, y los procesos de composición.

Una  última cosa por precisar: trataré de publicar una "lección" de cómo escribir. Será de aspectos muy puntuales, muy artesanales (del oficio).





La idea es...



La idea es....







Bien: la idea es quienes participen del Blog dejen comentarios. su participación es muy importante para mí. No importa si son sugerencias de contenido, apreciaciones, críticas o mejoras de la interfaz del Blog... Entre mayor participación haya, más aprenderemos.

  ¡Ánimo!

Bienvenidos



¡Bienvenidos todos y todas!




El presente es un espacio para que todos nos formemos como escritores. Está dirigido a adolescente, quienes, tal vez, ya en el colegio o en la universidad necesitan entregar ensayos o reseñas, y aún no saben cómo hacerlo. También, pueden aprender amas de casa, personas que están muy ocupadas y necesitan "lecciones" cortas que le permitan aprender mientras mantiene su rutina.

  Este Blog no tiene la última palabra. Por el contrario, la idea es aprender juntos -incluso quien escribe-.

¿Estás listo? ¡Comencemos!